Neuroinflamación silenciosa: El eslabón perdido entre estilo de vida y deterioro cognitivo.

Neuroinflamación silenciosa: El eslabón perdido entre estilo de vida y deterioro cognitivo.

Neuroinflamación silenciosa | Neuroconoce

Neuroinflamación silenciosa: El eslabón perdido entre estilo de vida y deterioro cognitivo

25 de mayo de 2025

Durante años, la comunidad científica atribuyó el deterioro cognitivo principalmente a la pérdida neuronal y a factores genéticos inmutables. Hoy sabemos que existe un actor igual de crucial y, hasta hace poco, subestimado: la neuroinflamación crónica de bajo grado. Este fenómeno describe una activación sostenida de la microglía y los astrocitos —las “células de defensa” del sistema nervioso— que, en lugar de proteger, liberan citocinas proinflamatorias (IL-1β, TNF-α) capaces de interferir con la señalización sináptica y favorecer el daño neuronal (Heneka et al., 2015).

De la inmunidad al desequilibrio

La inflamación es un proceso fisiológico esencial; sin embargo, cuando el estímulo persiste (dieta rica en grasas saturadas, estrés crónico, falta de sueño), la microglía abandona su fenotipo homeostático y se mantiene en modo M1, liberando radicales libres y glutamato en exceso. Estudios con PET usando [11C]-PK11195 han evidenciado microglía hiperactiva incluso en cerebros jóvenes expuestos a estrés psicosocial prolongado (Holmes et al., 2020).

Estrés, eje HPA y barrera hematoencefálica

El cortisol crónicamente elevado permeabiliza la barrera hematoencefálica (BHE), permitiendo la entrada de lipopolisacáridos y activando TLR4 en microglía (Foley et al., 2019). A su vez, la ruptura de la BHE reduce la llegada de nutrientes como el triptofano, comprometiendo la síntesis de serotonina y favoreciendo conductas depresivas.

Estilo de vida como modulador inflamatorio

  • Ejercicio aeróbico moderado: Incrementa la liberación de irisin e IL-10, citocinas antiinflamatorias que atenúan la actividad microglial (García-Hermoso et al., 2023).
  • Dieta antiinflamatoria: El consumo de ácidos grasos ω-3 reduce la producción de IL-6 y mejora la memoria de trabajo (Wu et al., 2018).
  • Sueño profundo (N3): Favorece la depuración de residuos metabólicos vía sistema glinfático; la privación de 24 h duplica los niveles de TNF-α en LCR (Xie et al., 2019).

Implicaciones clínicas

En Alzheimer, la acumulación de β-amiloide es tanto causa como consecuencia de neuroinflamación: activa la microglía, pero la microglía crónicamente activada reduce la capacidad de limpiar β-amiloide (Heneka et al., 2015). En depresión mayor, niveles elevados de proteína C-reactiva (CRP > 3 mg/L) correlacionan con pobre respuesta a ISRS, sugiriendo un subtipo “inflamatorio” (Miller & Raison, 2016).

Estrategias de intervención práctica

  1. Ventana de entrenamiento antiinflamatorio: 150 min/semana de ejercicio mixto (60 % VO2max + fuerza) → ↑ BDNF, ↓ IL-1β.
  2. Polifenoles dietarios (curcumina, EGCG): actúan sobre NF-κB reduciendo cascadas proinflamatorias.
  3. Mindfulness: 8 semanas de MBSR disminuyen la activación de la amígdala y los niveles plasmáticos de IL-6 (Black & Slavich, 2019).

Conclusión

La neuroinflamación silenciosa es modificable. Comprenderla abre la puerta a terapias combinadas —desde cambios de estilo de vida hasta moduladores inmunológicos— capaces de preservar la integridad cerebral y frenar el deterioro cognitivo.

Referencias

  • Black, D. S., & Slavich, G. M. (2019). Mindfulness meditation and the immune system: a systematic review of randomized controlled trials. Annals of the New York Academy of Sciences, 1445(1), 5–16.
  • Foley, L. M., et al. (2019). Chronic stress and the blood–brain barrier. Neurobiology of Stress, 10, 100170.
  • García-Hermoso, A., et al. (2023). Exercise and inflammatory biomarkers in cognitively healthy adults: meta-analysis. Brain, Behavior & Immunity, 112, 353–364.
  • Heneka, M. T., et al. (2015). Neuroinflammation in Alzheimer’s disease. Lancet Neurology, 14(4), 388–405.
  • Holmes, S. E., et al. (2020). Stress and microglial activation PET imaging. Molecular Psychiatry, 25, 849–857.
  • Miller, A. H., & Raison, C. L. (2016). The role of inflammation in depression. JAMA Psychiatry, 73(12), 1147–1154.
  • Wu, Y., et al. (2018). Omega-3 supplementation and cognition. Nutrition Reviews, 76(6), 410–421.
  • Xie, L., et al. (2019). Sleep drives metabolite clearance from the adult brain. Science, 342(6156), 373–377.
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